. Ohlalá
Las violencias psicológica y simbólica se reproducen con frecuencia en los espacios laborales, pero cuestan identificar por estar normalizadas. Te contamos qué dice un estudio para identificarlas y la opinión experta.
Existen dos tipos de violencia muy frecuentes en las organizaciones, una es la simbólica y la otra es la psicológica y, sin embargo, son las más difíciles de identificar por el alto grado de naturalización que conllevan. Así nos cuenta Azul Picón, coordinadora del área de violencia de Grow-género y trabajo.
“Las violencias psicológicas como pueden ser gritos, descalificación, humillación, aislamiento, desestimar opiniones profesionales y laborales, entre otras, y las violnecias simbólicas, entre las que se encuentran los chistes, bromas, comentarios inadecuados sobre algún aspecto de la identidad de las personas, basados en estereotipos, son muchas veces más difíciles de detectar que la violencia física o sexual pero no por eso tienen menor impacto en quienes las atraviesan, en los grupos de trabajo y en las organizaciones”, lo detalla.
También nos dice que por encontrarse naturalizadas se reproducen en muchas ocasiones sin tener la intencionalidad de hacerlo efectivamente.
Y aclara que, si bien cada industria o sector de actividad tiene distintas características y esto también se ve en los tipos o situaciones de violencia, que pueden cambiar mucho entre distintos sectores, en su experiencia observan que “estas violencias se manifiestan en la mayoría de los ámbitos laborales como un común denominador”.
¿Cómo reconocer la violencia en las organizaciones?
Para darles visibilidad, nuestra experta consultada recomienda hacer sensibilizaciones sobre estas temáticas a través de generar espacios de diálogo, abiertos y reflexivos, que permitan empezar a hablar sobre estas situaciones cotidianas.
“A través de los talleres de sensibilización que se realizan desde Grow-género y trabajo, trabajamos sobre los comportamientos aprendidos a lo largo de toda nuestra vida, apostando al re aprendizaje de los vínculos y a la transformación cultural de las organizaciones”, especifica.
Generar políticas y protocolos específicos de prevención y abordaje en violencia o hacer campañas de comunicación, también son estrategias para darle visibilidad al tema.
Falsa creencia: hablar de violencia aumentará el problema
La idea de exponer las violencias es necesaria y valiente, pero es ¿efectiva? Hay ciertos miedos generalizados entre las diversas organizaciones que ubican a la idea de hablar sobre violencia laboral en el espacio de trabajo y junto a pares y jefes podría aumentar rumores y chismes, pero según Azul, sucede lo contrario.
“Sabemos que hablar de violencia puede ser incómodo, pero ¿cómo abordar un problema que no se ve o nadie quiere ver? Es necesario poner nombre y apellido a las situaciones de violencia para generar confianza institucional y lograr una transformación profunda y sincera”.
Según nos cuenta, uno de los temores comunes entre las organizaciones es el de creer que al trabajar en prevención y abordaje de violencia en los espacios de trabajo se habilita a que se opine libremente del tema, diciendo cualquier cosa sobre otras personas o situaciones sucedidas, generando rumores o aumentando los chismes de “radio pasillo”.
La experiencia que evidencian los estudios de Grow dicen lo contrario: “Los chismes y la difusión de información sobre situaciones de violencia se generan cuando los canales institucionales no existen, no están habilitados o cuando no hay confianza en los mismos. Por el contrario, cuando las organizaciones muestran un compromiso de no tolerar la violencia, definen una política o protocolo sobre cómo abordar estas situaciones o facilitan espacios específicos de prevención para dialogar y reflexionar sobre situaciones que ocurren a diario, y se respeta la confidencialidad, las personas se sienten habilitadas para abordar estos temas a través de los canales institucionales. Estos canales pueden ser líderes, referentes o equipos formados específicamente para trabajar estas situaciones, o bien líneas de consulta o denuncia”, argumenta Azul.
Las 2 violencias invisibles
1. Violencias psicológicas más comunes: gritos, descalificación, humillación, aislamiento, desestimar opiniones profesionales y laborales.
2. Violencias simbólicas más comunes: chistes, bromas o comentarios inadecuados sobre algún aspecto de la identidad de las personas que generalmente están basados en estereotipos.
Algunos números relevantes
Según una investigación sobre violencia laboral realizada por Grow-género y trabajo y el proyecto regional FESminismos de la Fundación Friedrich Ebert en 2022, se pudo identificar, mediante encuestas anónimas, que el 78% de las personas encuestadas atravesaron situaciones de violencia laboral, y en mayor medida, le sucedió a las mujeres. La violencia psicológica, la económica y la simbólica son las violencias más frecuentes.
En paralelo, en el marco de la campaña realizada por Grow sobre violencia simbólica, en el mismo año se realizó una encuesta sobre experiencias en el ámbito laboral y reveló que 2 de cada 3 personas encuestadas presenciaron comentarios a otras acerca de su apariencia física.
En cambio, ante la pregunta de si habían recibido comentarios hacia su persona, se obtuvo una respuesta afirmativa del 50% de las mujeres, de un 65% de las personas de identidades no cis-normativas y de un 28% de los varones, lo que muestra que todas las personas sufrimos la violencia simbólica, pero no todas en la misma medida.