En 1995, en Beijing, representantes de 189 países consensuaron una Declaración y una Plataforma de Acción, con el fin de lograr la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida. Desde Grow – género y trabajo, en el marco del 8M nos preguntamos: ¿Cuáles son, 30 años después, las deudas pendientes? ¿Por qué es necesario retomar estos acuerdos y volver a avanzar sobre ellos?
Una conferencia histórica
Beijing fue, en su momento, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. La plataforma allí acordada consta de 12 puntos, con estrategias concretas para avanzar en la igualdad de género en aspectos como la educación, la economía, la violencia contra la mujer, el ejercicio del poder, los medios de comunicación, entre otros.
Además de este marco de acción en común, la plataforma estableció mecanismos para el seguimiento y la presentación de informes sobre el progreso, lo que condujo a una mejor recopilación de datos sobre las cuestiones que afectan a las mujeres y el impacto de las políticas.
En esa conferencia, las palabras de Hillary Clinton marcaron un corte histórico: “los derechos humanos son derechos de las mujeres, y los derechos de las mujeres son derechos humanos”, dando a entender que todos los ámbitos de libertad y desarrollo también deben ser pensados, poniendo el foco en las desigualdades que viven las mujeres.
Tres décadas después, si bien se han visto avances en distintos espacios, las desigualdades siguen siendo estructurales. Según el Informe Global de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial, al ritmo actual faltan 134 años para cerrar la brecha de género. Si bien América Latina y el Caribe es la región mejor puntuada, la igualdad aún está a 57 años de distancia. Las brechas más grandes a nivel global son la económica, en donde faltan 152 años para alcanzar la paridad, y la de empoderamiento político, que a este ritmo se cerrará dentro de 169 años (WEF, 2024).
Esto evidencia que a pesar de los esfuerzos de los países, aún queda un largo camino por recorrer. Es fundamental que las instituciones que tienen la responsabilidad de promover transformaciones lo hagan, dándole a esta agenda la centralidad que merece.
Algunas brechas significativas
En América Latina y el Caribe, las brechas de género se pueden observar en distintas dimensiones:
- En lo que refiere al mercado laboral, la tasa de participación sigue siendo desigual: 52% de las mujeres frente al 74% de los hombres (OIT, 2025); las mujeres ocupan solo el 15% de los cargos directivos y son propietarias de apenas el 14% de las empresas (BID, 2021). En promedio, la brecha salarial es del 23% (BID, 2019).
- La distribución de las tareas de cuidado sigue lejos de ser equitativa: las mujeres dedican más del doble de tiempo que los hombres a estas tareas (CEPAL, 2023). Se trata de trabajo no remunerado, que se traduce en tiempo que no pueden dedicarle al desarrollo profesional.
- Mientras tanto, en un mundo en el que la tecnología tiene un papel cada vez más importante, las mujeres siguen estando subrepresentadas en estos espacios: sólo 1 de cada 4 puestos de trabajo en áreas STEM es ocupado por mujeres (BID, 2022). Trabajos que en general son mejor remunerados y en los que hay mayor potencial de desarrollo a futuro.
- Si observamos la participación política, las mujeres ocupan el 36% de los parlamentos (ONU Mujeres, 2024).
- La violencia también afecta a las mujeres en los espacios laborales: 4 de cada 10 mujeres ha sufrido violencia y/o acoso en el trabajo (OIT, 2023).
Estos datos evidencian que el mundo del trabajo sigue siendo un espacio con grandes barreras para las mujeres, que deben dedicar más tiempo a las tareas domésticas, que se insertan en trabajos feminizados y peor remunerados, con una alta carga de informalidad, y con mayores obstáculos para desarrollarse y alcanzar puestos de liderazgo, tanto en el ámbito privado como en el público.
8M. Por qué sigue siendo una fecha importante
Este 8 de marzo –Día internacional de las mujeres trabajadoras– se da en un contexto global con avances de discursos que buscan negar estas desigualdades y retroceder en las conquistas. Desde Grow – género y trabajo sostenemos que sigue siendo una fecha importante, y que en la actualidad cobra una relevancia aún mayor. Por eso invitamos a las organizaciones a involucrarse, a asumir la responsabilidad de construir espacios laborales más justos y con igualdad de oportunidades.
Los 14 años que tenemos de experiencia como ONG especializada en género y diversidad en el mundo del trabajo, nos demuestran que los avances del último tiempo son innegables. Es importante seguir dando la discusión, retomar los acuerdos a los que llegó el mundo hace 30 años, y avanzar en la construcción de sociedades más justas e igualitarias.