Por Julieta Grande
Desde hace 15 años, cada 7 de marzo se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica en Argentina en homenaje a Natalia ´Pepa´ Gaitán, quien fue asesinada por el padrastro de su novia en el 2010. Tenía 27 años. La justicia trató la muerte de Pepa como un homicidio no agravado por el uso de arma de fuego, pero desde que su mamá gritó que mataron a su hija por lesbiana, sabemos que se trató de un crimen de odio, un lesbicidio. Desde Grow- género y trabajo, retomamos esta efeméride para pensar cómo se articula la inclusión laboral con la visibilidad.
¿Cómo se llega a un crimen de odio?
Esta fecha nos obliga a pensar en los llamados “crímenes de odio”. Lejos de querer hacer un análisis desde el derecho o la justicia, nos enfocamos en cómo se construye en distintos ámbitos el entramado social para que los mismo ocurran.
Los prejuicios y estereotipos hacia la comunidad LGBTIQ+ son el primer eslabón de la cadena del odio. Se trata de creencias erróneas, preconcebidas, generalizadas y patologizantes que llevan a la estigmatización del colectivo. Se llama discurso de odio a los enunciados públicos que perpetúan estos prejuicios e incitan a la violencia hacia ciertos colectivos, entre otras características.
El crecimiento de estos discursos es palpable en los últimos años, en medios de comunicación tradicionales pero también y sobre todo en redes sociales. Estos discursos conducen al rechazo, la discriminación y la exclusión de las diversidades sexuales y de género. La violencia simbólica habilita la violencia física y en el corto transcurso de 2025 ya hubo tres significativos ataques a lesbianas en el país: la casa de una pareja en Cañuelas fue intencionalmente incendiada; dos mujeres que iban de la mano fueron golpeadas en la calle por “vestirse como hombres” en plena ciudad de Buenos Aires, y una mujer lesbiana fue apuñalada por la madrugada en su propio hogar en la provincia de Salta. Además, en 2024 ocurrió el triple lesbicidio de Barracas que terminó con las vidas de Andrea, Pamela, y Roxana y lesionó gravemente a Sofía.
Estas agresiones son alarmantes e incitan a que limitemos nuestras vidas por miedo: no caminar por la calle de la mano con nuestra compañera, reprimir un beso o una caricia, no poder hablar de nuestras vidas privadas y no decir o mostrar algo que revele nuestra orientación sexual.
El ocultamiento e invisibilización de quienes somos es, lamentablemente, parte de los distintos espacios que habitamos y el ámbito laboral no es la excepción.
¿Por qué es importante la visibilización en el trabajo?
Los espacios de trabajo son parte esencial de la construcción de sociedades inclusivas. Este crecimiento de los discursos de odio puede encontrar un freno efectivo en la implementación de políticas y espacios de Diversidad e Inclusión en el trabajo, o puede encontrar tierra fértil para expandirse.
Según el Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica en la Argentina 2023, un 12,6% de personas autopercibidas como lesbianas recibió un trato desigual respecto a beneficios, cargas, prestaciones laborales o ascensos (14% población LGTBI+ en promedio) y un 3,7% recibió agresiones o discriminación por parte de compañeres o clientes (5% promedio LGTBI+). Por otro lado, 7,6% fueron desestimadas o despedidas de su lugar de trabajo por su identidad sexo-genérica (10,7% promedio LGTBI+).
Con este escenario, las organizaciones tienen un rol fundamental en la promoción e implementación de la agenda DEI ya que las empresas que se comprometen con la Diversidad tienen un 70% más de probabilidades de capturar un nuevo mercado (Harvard Business Review) y según un relevamiento de Great Place to Work (GPTW) quienes trabajan en lugares que construyen una cultura diversa expresan en un 94% mayor satisfacción y compromiso laboral. Desde Grow – género y trabajo creemos fervientemente que las iniciativas DEI en las organizaciones son un motor para visibilizar las diversidades sexo-genéricas y garantizar igualdad de oportunidades, enriqueciendo a la organización.
3 consejos para generar un ambiente laboral Inclusivo
A continuación les compartimos tres claves para generar un espacio de trabajo respetuoso para las lesbianas y otras vivencias LGTBI+:
- No asumir, siempre preguntar. Cuando hablamos de orientación sexoafectiva, la construcción de parejas, o de las identidades de las personas, la mejor práctica para la inclusión es preguntar y no asumir. Estas preguntas incluso buscan poner en jaque el tabú y la vergüenza sobre la diversidad.
- Evitar comentarios haciendo referencia a los cuerpos y la vestimenta, para no seguir fomentando los estereotipos. Detrás de la idea de “buena presencia” los espacios de trabajo reproducen mandatos sobre mujeres y otras identidades, buscando que se adapten a un molde.
- Contemplar siempre la familias diversas y la diversidad en la familia. Lejos quedó el modelo único de familia heterosexual, para dar lugar a múltiples formas de maternar y paternar. Los espacios de trabajo son clave al momento de atravesar estas experiencias vitales.
Acciones como estas pueden marcar una gran diferencia en la creación de espacios de trabajo más justos e inclusivos.
Los espacios de trabajo pueden ser el ámbito ideal para impulsar el apoyo y las alianzas que abracen la diversidad que enriquece y la inclusión que transforma.