Licencias por paternidad. Un paso hacia el derecho a cuidar
Actualmente se está debatiendo en Argentina un proyecto de ley para modificar, entre otras cosas, el actual régimen de licencias, establecidas en el Régimen de Contrato de Trabajo, de 1976.
¿Cuál es la situación hoy?
Mientras que las mujeres cuentan con un total de 90 días de licencia por maternidad, a los varones les corresponde solamente 2. Si bien algunos convenios colectivos han extendido estas licencias (lo mismo sucede en el sector público, según cada jurisdicción), se trata de un piso muy bajo si pretendemos avanzar en el sentido de la corresponsabilidad en las tareas de cuidado. Sin dudas el actual régimen, de 1976, ha quedado desactualizado, y el rol que se piensa del padre es el de proveedor.
¿Qué dice el proyecto de ley?
Respecto de las licencias, las extiende tanto para personas gestantes y no gestantes. La madre pasaría de 90 días a 100, y el padre de 2 a 10. En el caso de adopción, se establecen 50 días desde la resolución que otorga la guarda, y en este caso el proyecto no hace distinción de género para el goce de esos días.
En todos los casos las licencias son obligatorias (el proyecto habla de prohibición de trabajar). Esto es fundamental, ya que la no obligatoriedad de las licencias puede tener el efecto de que por razones culturales, muchos padres no hagan uso de ellas, por más que les corresponda. En muchos casos, las leyes vienen a ordenar una realidad ya existente; en otros puede traccionar algunos cambios más incipientes. En el caso de las licencias por paternidad, desde hace un tiempo algunos varones están comenzando a vivir sus paternidades de una manera mucho más activa. Esta ley -y la obligatoriedad de las licencias- puede acompañar y profundizar estos cambios.
Esta ampliación sería un avance respecto a la situación actual, pero lejos está de promover la corresponsabilidad: por un lado, sigue habiendo una distancia enorme entre los 100 días que le corresponde a la madre y los 10 que le corresponde al padre. Por el otro, sigue hablando de madre y padre, y asignándole un rol principal a una, y secundario a otro.
Ya existen países que han propuesto otros modelos: licencias con cuidadores principales y secundarios (sin distinción de género), licencias igualitarias para ambos progenitores, licencias parentales (en las que se reparten los días). En todos los casos, se trata de incentivar a los varones a ejercer una paternidad más activa, y desarmar algunos estereotipos vinculados a la distribución de roles.
¿Cuáles son los beneficios de extender las licencias por paternidad?
El impacto es positivo en tres aspectos.
1- Se garantiza el derecho de los padres a cuidar. A compartir tiempo de calidad con sus hijos e hijas.
2- Se promueve el derecho de mujeres y personas gestantes a trabajar en condiciones de mayor igualdad ante sus pares varones.
3- Niños y niñas también pueden disfrutar de ser cuidados por ambos progenitores.
Desde Grow estamos convencidas de que se trata de un paso necesario, pero no suficiente, para comenzar a construir otras formas de crianza. En un país pionero respecto a algunas legislaciones en materia de género, como el matrimonio igualitario (2010), o la ley de identidad de género (2012), se torna urgente empezar a repensar la distribución de las tareas de cuidado.
*Por Javier Elena