El acceso a los Derechos: una conquista actual
Por Marisol Andrés
“Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan” sostuvo José Martí, y el movimiento de mujeres lo sabe mejor que nadie. Las movilizaciones por los derechos de las mujeres se remontan, por lo menos, a 1857 y desde entonces no han parado de llenar las calles e incidir en las agendas públicas.
A lo largo de los años, han conseguido victorias como el derecho al voto, al divorcio, al aborto, a la identidad de género y al matrimonio igualitario, se ha visibilizado el femicidio como problemática social compleja y se ha instalado la reflexión sobre el acoso y sobre cómo se construyen las relaciones sociales.
En el video “¿Desde cuando marchan las mujeres?” que realizamos con ocasión del 8M 2022, visibilizamos algunos de los hitos que forman parte de la historia de movilizaciones asociadas a la reivindicación de los derechos de las mujeres. Los hechos seleccionados buscan mostrar el espíritu de lucha que este día ha adquirido a lo largo de la historia, lejos de ser un día para regalar flores y bombones o para glorificar a la mujer-madre, mujer-esposa.
A continuación, detallamos otros hitos en materia de declaraciones y programas llevados a cabo por organismos internacionales, que son herramientas importantes en cuanto al acceso a derechos formales. Para que se cumplan y se garanticen, continuamos reclamando cada 8M por: derechos laborales, eliminación de la brecha salarial, acceso a cargos públicos y privados, licencias parentales, trabajo doméstico remunerado, tareas de cuidado compartidas, fin a la violencia de género, maternidad elegida.
Declaración de los Derechos de la Mujer
En 1979 se aprueba la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) que “exige legalmente a los gobiernos signatarios eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres en la esfera pública y privada, incluida la familia, y se propone alcanzar una igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, no sólo en las leyes, sino también de forma real sobre el terreno”.
A partir de esta Convención se desarrollan una serie de normativas para proteger las vidas de las mujeres:
- 1993- Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. El primer instrumento internacional en abordar explícitamente y definir formas de violencia contra las mujeres.
- 1994- Programa de acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD). Plan de acción que pone a las personas y sus derechos como protagonistas del desarrollo. Reconoce la salud sexual y reproductiva de la mujer como fundamental para el bienestar de todas y todos.
- 1995- Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. Marco integral aprobado en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Con acciones previstas en 12 esferas fundamentales para promover los derechos de la mujer.
Las instituciones y los organismos internacionales, ¿habían comenzado a saldar las deudas históricas con las mujeres? ¿Tendrían estas normativas un impacto concreto en sus vidas? ¿Llegaría finalmente la equidad de género?
Objetivos de Desarrollo del Milenio
En septiembre del año 2000 los líderes del mundo se reunieron en Nueva York para adoptar la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, mediante la cual los países asumieron el compromiso de reducir la pobreza extrema. Para ello se estableció una serie de ocho objetivos a cumplirse con plazo límite, en el 2015.
Entre estos ocho objetivos, dos de ellos estaban directamente vinculados a mejorar las condiciones de vida de las mujeres. Los países que habían adherido a los Objetivos del Milenio debían: promover la Igualdad de Género y la Autonomía de la Mujer, y mejorar la Salud Materna. ¿Es posible pensar que a partir de la institucionalización de estos dos aspectos como problemáticas a resolver, se diera por entendido que el camino para la conquista de los derechos pendientes para las mujeres se encontraba allanado?
Para el 2015, de acuerdo al informe del PNUD, la inequidad se había reducido en casi todos los indicadores pero mantenía un número importante: aunque en la mayoría de las regiones se había alcanzado la paridad en la educación primaria, la disparidad continuaba en los niveles superiores; la representación política había aumentado pero aún estaba lejos de alcanzar la meta establecida, y la tasa de mortalidad materna había caído un 45% pero sólo la mitad de las mujeres embarazadas en las regiones en desarrollo recibía la atención prenatal mínima recomendada.
Si bien los objetivos estaban en camino a cumplirse, muchas reivindicaciones del movimiento de mujeres habían quedado en segundo plano: las tareas de cuidado no eran reconocidas como trabajo, la violencia machista recrudecía en todos los aspectos de sus vidas y en la mayoría de los países no se garantizaban sus derechos sexuales y reproductivos.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
A partir de la experiencia previa, en el año 2015 la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible que incluyó 17 objetivos. Entre ellos, se propuso alcanzar la igualdad de género, entendida como un derecho humano fundamental ante las condiciones de vida de las mujeres:
“En la actualidad, 1 de cada 5 mujeres y niñas entre 15 y 49 años de edad afirmaron haber experimentado violencia física o sexual, o ambas, en manos de su pareja (…). Además, 49 países no tienen leyes que protejan a las mujeres de la violencia doméstica. Asimismo, aunque se ha avanzado a la hora de proteger a las mujeres y niñas de prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina (MGF), que ha disminuido en un 30% en la última década, aún queda mucho trabajo por hacer para acabar con esas prácticas”.
En el mismo año que se firmaba el compromiso, se hizo evidente que la respuesta institucional a las problemáticas de las mujeres llegaba tarde y estaba lejos de saldar la deuda con ellas. Las calles argentinas se llenaron de mujeres y disidencias que bajo el grito “Ni una Menos” denunciaban la violencia machista en su cara más cruenta: el femicidio. Este grito se amplificó y extendió primero a latinoamérica, luego a Estados Unidos y Europa Occidental y finalmente hizo crujir al mundo entero en el Primer Paro Internacional de Mujeres, en el año 2017.
Sin desmerecer a las organizaciones de mujeres que no cesaron de reunirse y reclamar por sus derechos durante los años de las buenas intenciones institucionales (como es el caso argentino de los Encuentros Nacionales de Mujeres y la Campaña Nacional por el Acceso al Aborto Legal, Seguro y Gratuito), el apaciguamiento en sus demandas entre los años 1975 y 2000 parece haber servido para entender que las organizaciones e instituciones no son suficientes en la lucha por la igualdad de género. Durante la década de los ‘80 y los ‘90, los movimientos LGBTIQ+ tomaron protagonismo en el reclamo por sus derechos, ligado a la estigmatización que sufrían por la asociación del virus VIH a la homosexualidad. Por otra parte, la movilización social en Argentina se vio disminuida por los brutales crímenes de la última dictadura militar. Desde entonces, los movimientos de mujeres han participado de la escena social. Hoy, bajo un nuevo impulso, surge una nueva ola que todo lo cuestiona y todo lo quiere cambiar.
Fuentes consultadas
- Cronología mujeres del mundo (ONU Mujeres).
- Objetivos de Desarrollo del Milenio (PNUD).
- Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible (ONU).