La construcción sigue siendo un terreno donde las mujeres enfrentan muchas barreras.
Por Carolina Villanueva
Participación
En Argentina, la participación de las mujeres en el rubro de la construcción apenas alcanza el 6,8 %, y si nos enfocamos específicamente en su presencia en la obra, desciende al 1%. Esta caída se debe a que la mayor parte de las mujeres que trabajan en el sector son mujeres profesionales, es decir arquitectas, abogadas, administradoras, contadoras; personas con un alto nivel educativo.
La nula presencia de mujeres en la obra refiere a un espacio donde no hemos logrado avances en los últimos años. Por esa razón, Grow- género y trabajo y Zoomadoras,
una organización que se dedica a la formación de mujeres en el oficio de la construcción, se aliaron para entender las barreras que experimentan las mujeres. Específicamente se buscó entender el impacto que tiene la educación en la posibilidad de insertarse en el rubro.
Con ese fin, se encuestó a 1.000 mujeres que atravesaron formaciones en el oficio brindadas por Zoomadoras. De allí se desprenden algunos datos interesantes:
- A partir de la formación, el 14% consiguió trabajo en el rubro;
- El 21% buscó empleo en construcción pero no lo logró;
- El 31% logró ingresos extra gracias a la capacitación a partir de hacer arreglos a conocidos;
- Más del 70% usó los conocimientos adquiridos para hacer arreglos en sus hogares o ayudando a otras personas;
- Las mujeres que completaron la formación manifiestan mayores niveles de autonomía y confianza en sus vidas.
Barreras que persisten
Dentro de las principales barreras para acceder a un empleo en el sector, ellas identificaron:
- 41% por la falta de ofertas laborales;
- 17% por la falta de experiencia;
- 11% debido a discriminación por género y edad.
La principal barrera tiene que ver con la falta de actividad del sector, factor más macro en una industria que ha sufrido desinversión en el último tiempo. En segundo lugar, mencionan la falta de experiencia como una limitante. En ese sentido, vale la pena resaltar que la falta de experiencia ha sido una razón recurrente que desde Grow- género y trabajo hemos identificado en otros sectores masculinizados como el energético. Este factor funciona como un doble estándar. La falta de experiencia presenta una barrera para la incorporación de mujeres pero no funciona como un freno para los hombres: las empresas están dispuestas a capacitar en el trabajo, hacer upskilling y dar oportunidades a hombres sin experiencia. Esto demuestra que hay una preferencia por el empleado varón frente a perfiles similares.
Entonces cabe la pregunta, ¿cuáles son los sesgos más presentes en las industrias de estas características?
- El paternalismo protector. La creencia de que a las mujeres se las debe cuidar y proteger, y por ende, tenerlas de compañeras en estos espacios, finalmente hace que los hombres tengan que ser caballeros, ayudarlas e incluso hacer algunas de sus tareas. Esto representa una mayor carga para ellos y un desincentivo para traerlas a los equipos.
- Si hay mujeres es para problemas. Cuando las mujeres irrumpen en espacios llenos de hombres, se generan controversias, tensiones sexuales y conflictos. Hay una dificultad de imaginar a la mujer como par, como persona no sexualizada, como compañera.
- Uso de la fuerza física. En trabajos que requieren mano de obra y uso de la fuerza, se prefiere contratar a varones bajo la premisa que tienen más fuerza, en vez de hacer pruebas de esfuerzo para ver si las mujeres pueden realizar la tarea.
Aprendizajes
Invertir en la formación de mujeres en este rubro es un paso importante hacia un mundo de la construcción más equitativo, pero no es suficiente. Se debe trabajar en profundidad con las razones que previenen un mayor crecimiento de las mujeres en este sector. Desde las barreras materiales como la falta de infraestructura adecuada (baños, vestuarios, uniformes y procesos productivos que ayuden a que las mujeres puedan construir) hasta asegurar que los espacios laborales sean libres de acoso y violencia. La construcción es un sector productivo clave de toda economía, del que muchas mujeres se podrían beneficiar. Les invitamos a leer el informe completo acá.