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Según el primer relevamiento nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica en la Argentina, el desempleo es de 12,3% para mujeres trans y de 14,3% para masculinidades trans. A 55 años de la Revuelta de Stonewall, conviene repensar estas realidades y cómo las empresas abordan el tema de la diversidad.
Es muy común que, cuando arrancamos el mes de junio, las pantallas y las vidrieras se vistan con los colores de la diversidad. EL 28 de junio se conmemoraron 55 años de la afamada Revuelta de Stonewall, fecha emblemática del orgullo gay a nivel internacional. Pero, ¿es cierto que, más allá de la publicidad, las empresas y organizaciones celebran la diversidad contenida en su interior? El mundo del trabajo, ¿es realmente tan inclusivo como el del consumo? Resulta muy sencillo imaginarnos usuarios y consumidores LGBTI+, pero, ¿es igualmente sencillo representarnos a trabajadores y trabajadoras de la comunidad? ¿Cómo son? ¿Cuáles son sus necesidades? ¿Y sus fortalezas?
Desde Grow-género generamos dispositivos para promover la inclusión en el mundo del trabajo formal, ya que no existe igualdad real sin igualdad laboral. Para ello, lanzamos el programa para repensar(nos) en la diversidad: “¿Quién puso este armario en mi oficina?” Busca, por un lado, explicar los por qué de la exclusión y, por el otro, contrarrestar los prejuicios y sesgos que tenemos a la hora de pensar en nuestras organizaciones como espacios donde acompañar y contagiar la diversidad.
En una noche de verano de 1969, en un bar marginal de la ciudad de Nueva York, solían encontrarse las identidades y deseos migrantes, privados de la luz del sol: travestis, transexuales, gay amanerados, lesbianas masculinas y personas andróginas. Obligadas al comercio nocturno, por fuera de cualquier circuito formal (de trabajo o consumo), quienes frecuentaban Stonewall Inn tenían en común esa existencia marginal y, como es concomitante, la violencia social y policial: esa noche no fue la excepción. En la madrugada irrumpió una redada policial en este bar “de ambiente”. Las travestis, cansadas de los constantes abusos, decidieron contestar. A partir de ese hecho se desata una revuelta cuyo carácter principal es el hartazgo de los abusos y la marginación social.
Si bien es difícil percibir la similitud entre este hito y la actualidad, es importante tener en cuenta que existían en nuestro país, hasta no hace mucho (específicamente en 2012), códigos contravencionales que hacían del travestismo y de las presuntas relaciones homosexuales hechos criminales (a este respecto pueden consultarse los edictos policiales 2h y 2f de la policía bonaerense o los numerosos códigos contravencionales de las provincias). Este dato no es menor, ya que las leyes son un importante indicador del clima de aceptación, respeto e inclusión de una sociedad. Aunque no son los únicos.
Según el estudio realizado por la World Values Survey, entre 2017 y 2022, en una escala del 1 al 10, América Latina no alcanza los 6 puntos de aceptación de la homosexualidad. Si analizamos la tasa de desempleo de las personas trans y travestis que, según el Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica en la Argentina 2023, es de 12,3% para mujeres trans y de 14,3% para masculinidades trans, podemos ver que duplica la cifra que releva el Censo Nacional para la población general (6,2%) en el año 2022. El acceso al trabajo de la población trans es un claro indicador de la discriminación de una sociedad. Creemos que es imprescindible transformar los prejuicios y actitudes discriminatorias hacia el colectivo LGTBI+ que siguen existiendo, sobre todo en los espacios más insospechados, como lo es el mundo del trabajo.
“¿Quién puso este armario en la oficina?” consta de tres ejes de abordaje: formación y sensibilización, diagnóstico y acción. El primero busca incidir en los prejuicios, sesgos y valores de las organizaciones, así como acompañar procesos de capacitaciones de comités de diversidad, ERG y equipos de recursos humanos. El segundo, intenta poner sobre la mesa el “estado de la agenda” en la organización para poder diseñar medidas y políticas de inclusión. Y, el último, pero no por eso menos importante, refiere a la toma de decisiones y los planes de acción para aquellas organizaciones que buscan un rol protagónico en la inclusión de la diversidad.
Este programa, integral y transversal, es una apuesta no solo por generar sociedades más justas y equitativas sino, sobre todo, espacios de trabajo donde la diversidad se celebre todo el año.