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Es la primera vez que habrá el mismo número de deportistas mujeres que de varones. Asimismo, se distribuyeron los horarios de los deportes femeninos y masculinos, para que estén balanceados en los “prime time”. Qué otros hitos se destacan y la evolución hasta llegar a los mismos.
Desde los considerados “Juegos de las Mujeres”, Londres 2012, donde por primera vez todas las delegaciones participantes contaban con al menos una mujer, se debieron esperar 12 años más para llegar a este hito: “Los Juegos de la Equidad” como se denominan estos Juegos Olímpicos 2024.
Para lograrlo, el Comité Olímpico organizador de estos JJOO 2024 debieron acordar con las distintas federaciones deportivas, para realizar la distribución de las disciplinas y eventos a presentar. Así es como se acordaron 32 deportes, 28 de los cuales están totalmente igualados en materia de género, y dos disciplinas continúan siendo exclusivas para las mujeres, que son el nado sincronizado y la gimnasia rítmica. De otra manera, el número no se alcanzaba.
Además de este hito, en esta oportunidad se cuidaron otros aspectos que hacen a la paridad, sobre todo en materia simbólica. Se renombraron la mitad de los espacios donde se realizan las actividades, para reconocer a las mujeres que hicieron historia en el deporte, así como también, y esto es clave, se distribuyeron los horarios de los deportes femeninos y masculinos, para que estén balanceados en los “prime time”. Es decir, que en los picos de mayor audiencia se puedan visualizar tanto los eventos masculinos como femenino.
Otro punto clave, fue el cambio en la actividad de cierre. Históricamente los JJOO siempre cerraban con la maratón masculina, y en esta oportunidad lo hará la maratón femenina.
Lo interesante de todas estas modificaciones es que conlleva el reconocimiento de una lucha por la igualdad que ha tomado más de 124 años: el abrir la puerta al deporte, tanto en la realización del mismo, como en la valoración de su ejecución.
Deudas pendientes en torno a los Juegos Olímpicos
Desde los simbólico, queda la reflexión sobre las vestimentas exigidas por las federaciones y los comités a la hora de la realización de determinadas disciplinas, como es el caso del beach voley o del tenis, donde las vestimentas propuesta hablan más de un sexismo que se arrastra que de la comodidad de quiénes juegan.
También, es el tema del binarismo dentro de la práctica deportiva, que en la división de eventos de “mujeres” o “varones”, queda a merced de cada federación como se incluye, o no, a las personas intersex, no binaries o trans. Mientras algunas federaciones miden el nivel de testosterona en sangre, otras toman en consideración en qué momento de la vida la persona hizo la transición: si antes o después de la pubertad.
Si bien existe una gran arbitrariedad, al menos desde el 2021 el Comité Olímpico desarrolló 10 principios que las federaciones deben cumplir: entre los que se incluye que no se puede prohibir la participación de las personas intersex o trans sin investigaciones científicas que demuestran una superioridad real de este colectivo con las mujeres o varones, y que estas se realicen de manera periódica, en luz a nuevos descubrimientos.
Desde Grow-género y trabajo observamos de cerca lo que sucede en este evento porque el deporte tiene un peso simbólico enorme en la construcción de los imaginarios sobre qué trabajos pueden ser realizados por mujeres y varones. De nuestra intervención en distintas industrias identificamos que existen estereotipos que discriminan abiertamente a mujeres o varones en función de lo que se espera de ellas y ellos. Así es como, aún se asume que las mujeres en su conjunto no tienen fuerza suficiente, o que los varones, en su conjunto, no son sensibles.
Les deseo a estos JJOO que puedan incidir positivamente a quienes les está mirando, para ser sociedades más equitativas.