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Hoy en día, se ha demostrado que la adaptación a tiempos dinámicos y la consiguiente supervivencia requieren equipos heterogéneos, diversos, versátiles y profundamente comprometidos con su labor.
En la actualidad, es evidente que para tener éxito en el mundo laboral, es fundamental formar buenos equipos. No hace mucho tiempo, apenas en las últimas décadas, el concepto de “buen equipo” ha evolucionado, dejando atrás la idea de que la homogeneidad y la sincronía entre perfiles similares eran esenciales, adaptados a una producción repetitiva y en cadena. Hoy en día, se ha demostrado que la adaptación a tiempos dinámicos y la consiguiente supervivencia requieren equipos heterogéneos, diversos, versátiles y profundamente comprometidos con su labor.
La importancia de la agenda de diversidad, equidad e inclusión
Resulta imposible discutir la sostenibilidad de una empresa sin abordar su compromiso con la agenda de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), que busca responder a la necesidad de heterogeneidad, igualdad de trato y oportunidades, y un genuino sentido de pertenencia y bienestar en los espacios de trabajo.
Por supuesto, la solidez de esta agenda depende en gran medida de la claridad y contundencia de las políticas institucionales que la sustentan en cada compañía. Sin embargo, su capilaridad, implementación y efectividad dependen, una vez más, de un factor profundamente humano: la calidad de los equipos de líderes que formamos.
Desde Grow- género y trabajo, sostenemos que los liderazgos de esta década son aquellos que llamamos transformacionales. Con esta distinción, buscamos ir más allá de la idea del líder meramente inclusivo, quien puede realizar su labor en entornos donde ya existe diversidad y necesita ser orquestada.
En cambio, un liderazgo transformacional es aquel que identifica las barreras y los sesgos que impiden la creación de ambientes diversos, proponiendo una transformación cultural profunda en procesos que no solo están dispuestos a acompañar, sino también a impulsar. Los liderazgos transformacionales son aquellos que comprenden la urgencia de esta agenda en los tiempos que vivimos, y logran integrarla en su visión y estrategia de negocio, superando la concepción de “la diversidad como problema” para adoptar el paradigma de las oportunidades que surgen al poner en diálogo distintas perspectivas. Según datos de la OIT, las empresas con mayor diversidad entre su personal, aumentan en un 20% su rentabilidad, y retienen un 60% más al talento joven (OIT, 2019)
Formar líderes transformacionales
Así pues, nos atrevemos a parafrasear a Simone de Beauvoir: no se nace líder transformacional, se llega a serlo. En este sentido, desde nuestra organización, ofrecemos una serie de talleres, espacios de sensibilización y reflexión que permiten a los líderes encontrar un entorno seguro para repensar sus propias prácticas. Aquí reside la clave: en identificar aquellas prácticas que pueden ser beneficiosas para un paradigma DEI o aquellas que resultan perjudiciales. Un líder no es un paquete cerrado de una vez y para siempre, sino que el liderazgo es un conjunto de acciones que pueden ser estudiadas y transformadas.
La Diversidad y la Inclusión son factores clave para la incorporación y retención de talento en la actualidad, y todo indica que seguirán siendo determinantes en los próximos años. La transformación es ahora; quienes llegan tarde, muchas veces, ni siquiera logran pasar al próximo semestre. Apostemos por los líderes que luchan por el bienestar en los espacios de trabajo; vale la pena intentarlo.