Por masculinidades que no violen
Luciana Demadonna
Julia Guimarães (TV Globo/Sportv)
Julieth Gonzalez Theran (DW & ESPN)
¿Qué hay que hacer para evitar el acoso?
Para evitar el acoso lo que hay que hacer: NO ACOSAR… Simple, ¿no? Y si presencias o ves a través de las redes alguna situación de acoso: no justificar a los acosadores, no legitimarla, no reirse. NO es gracioso, es acoso.
¿Por qué lo que hicieron estos hombres es acoso?
Porque insinuaron, tocaron, besaron a estas mujeres SIN SU CONSENTIMIENTO. En situaciones como estas, los hombres aprovechan un momento donde ellas no pueden dar el consentimiento, y avanzan, con el agravante de estar frente a una cámara que transmite en vivo, por lo que la “hazaña” se sabe que será vista por millones de personas y la humillación será mayor. No sólo se aprovecha que ella no puede decir que no, sino que además, por estar frente a cámara, se supone que no va a responder… cosa que SI hizo Julia, quién contestó: -“¡No hagas eso! … Nunca más vuelvas a hacer eso, ¿OK? … Nunca le hagas eso a una mujer … ¡Respeto!”
¿Qué es el consentimiento?
El consentimiento es el derecho de decir NO frente a aquello que no se desea, de decir SI frente a aquello que sí se desea y de decir NO SE frente a aquello que no se sabe si se desea o no. No importa quién es la otra persona, qué vínculo tenés con ella, cómo está vestida, en qué situación está, ni si alguna vez te dijo que SI y ahora dice que NO o que NO SABE: hay que entender y respetar los límites propios y de los demás.
El video “Tea and consent”, de Blue Seat Studios, explica lo que es el consentimiento ejemplificando con una taza de té. Podés verlo en su canal de Youtube:
En un breve intercambio a través de Instagram con @themickeymod (Mickey Mod, adult film performer), él dijo: “Actively listening to and respecting people’s boundaries”. Yo lo traduzco como: “Escuchar activamente y respetar los límites de las personas”.
¿Por qué “besar en la mejilla sin su consentimiento a una movilera que está transmitiendo en vivo” existe siquiera como opción posible para esos dos hombres?
Estos hombres no le harían eso mismo a reporteros hombres. Se lo hacen a estas mujeres por el hecho de que son mujeres, y porque encima están hablando de fútbol (recordemos que las mujeres son invisibilizadas y discriminadas en el ámbito del deporte en general, y del fútbol en especial). Estos hombres acosan a estas mujeres porque son mujeres hablando de fútbol y, sobre todo: porque pueden. Todo nuestro sistema cultural lo avala de distintas formas (publicidad, medios, estereotipos, mandatos sociales, etc.) debido a cuatro palabras: CULTURA DE LA VIOLACIÓN.
¿Qué es la cultura de la violación?
Para pensar esta pregunta cito a Virginie Despentes (Teoría King Kong, 2007, fragmento de la traducción al español): “En Las metamorfosis de Ovidio parece que los dioses pasan el tiempo queriendo tirarse a mujeres que no están de acuerdo, consiguiendo lo que quieren por la fuerza. Fácil, para los que son dioses. Y cuando se quedan embarazadas, encima las mujeres de los dioses se vengan de ellas. La condición femenina, su alfabeto. Siempre culpables de lo que nos hacen. Criaturas a las que se responsabiliza del deseo que ellas suscitan. La violación es un programa político preciso: esqueleto del capitalismo, es la representación cruda y directa del ejercicio del poder. Designa un dominante y organiza las leyes del juego para permitirle ejercer el poder sin restricción alguna. Robar, arrancar, engañar, imponer, que su voluntad se ejerza sin obstáculos y que goce de su brutalidad, sin que su contrincante pueda manifestar resistencia. Correrse de placer al anular al otro, al exterminar su palabra, su voluntad, su integridad. La violación es la guerra civil, la organización política a través de la cual un sexo declara al otro: yo tomo todos los derechos sobre ti, te fuerzo a sentirte inferior, culpable y degradada. La violación es lo propio del hombre; ni la guerra, ni la caza, ni el deseo crudo, ni la violencia o la barbarie […] La mística masculina debe construirse como si fuera peligrosa, criminal e incontrolable por naturaleza. Por ello, debe ser rigurosamente vigilada por la ley, gobernada por el grupo. Detrás del velo de control de la sexualidad femenina aparece el objetivo central de lo político: formar el carácter viril como asocial, pulsional, brutal. La violación sirve como medio para afirmar esta constatación: el deseo del hombre es más fuerte que él, no puede dominarlo. […] Los discursos sobre la cuestión de la masculinidad están esmaltados con residuos de oscurantismo. La violación, el acto condenado del que no se debe hablar, sintetiza un conjunto de creencias fundamentales sobre la virilidad.”
Tenemos que tirar abajo la cultura patriarcal en la que vivimos. La única manera de hacerlo, es siendo personas críticas, que se opongana actos como los de estos hombres que acosaron a las periodistas. Denunciándolos, criticándolos,, no quedándonos calladxs si vemos a una mujer siendo acosada, o a un hombre acosando, EDUCANDO EN EL CONSENTIMIENTO. Y su vez, garantizar equidad de mujeres y hombres en ambientes donde todavía hay una desigualdad muy grande (como el caso del fútbol), para romper los estereotipos que nos limitan y fomentan la violencia.
Se necesitan con suma urgencia nuevas masculinidades. Masculinidades libres de patriarcado. Masculinidades que no dañen. Masculinidades que no destruyan. Masculinidades que no nos violen.