El proyecto, que estu00e1 en debate parlamentario, promueve la ampliaciu00f3n de derechos con una perspectiva de mayor corresponsabilidad. Ahora bien, u00bfcuu00e1l es el punto de partida y sus progresos?, se pregunta la autora.n
En mayo de este au00f1o se presentu00f3 Cuidar en Igualdad, un proyecto de ley que tiene el propu00f3sito de reformar varios puntos de la normativa actual respecto a los cuidados. Desde Grow – gu00e9nero y trabajo celebramos que un tema tan esencial forme parte de la agenda legislativa, con un proyecto que promueve la ampliaciu00f3n de derechos con una perspectiva de mayor corresponsabilidad. Ahora bien, u00bfcuu00e1l es el punto de partida y sus progresos?
nComo puntapiu00e9 inicial, podemos definir al cuidado como el conjunto de tareas, actividades y apoyos indispensables para la satisfacciu00f3n de las necesidades de subsistencia y reproducciu00f3n de las personas a lo largo de su vida. Implican la atenciu00f3n de requerimientos fu00edsicos, emocionales, sociales y materiales para el desarrollo de la vida diaria. No se trata del cuidado de bebu00e9s, niu00f1os y niu00f1as exclusivamente sino que tambiu00e9n contempla a personas con enfermedades, a personas mayores, con alguna discapacidad, y cualquiera que en algu00fan momento necesite de cuidados.
nEn este mismo sentido, entendemos al cuidado como un derecho con mu00faltiples dimensiones. Las personas tenemos derecho a cuidar de los nuestros, a ser cuidadas y tambiu00e9n al autocuidado, es decir a realizar acciones que nos aportan salud y bienestar a nuestras vidas. Al hacerlo, queremos que sea en buenas condiciones, queremos disponer de los tiempos necesarios, la infraestructura adecuada, y las condiciones materiales para la realizaciu00f3n de este cuidado.u00a0
nEl cumplimiento de este derecho es una responsabilidad colectiva en donde distintos actores sociales intervienen para garantizarlo, generando un esquema que tradicionalmente se denomina como el diamante del cuidado. En u00e9ste, familias, comunidad, Estado y mercado intervienen en su provisiu00f3n: desde las leyes que regulan las licencias para cuidar, los sistemas educativos que establecen la universalidad del servicio, la oferta pu00fablica de guarderu00edas y geriu00e1tricos, hasta los convenios colectivos de trabajo, las pru00e1cticas empresariales y los arreglos de cada familia y comunidad, todos tenemos un rol en este aspecto de la vida: del cuidado nadie se escapa.u00a0
nPor ello, es fundamental que estas 4 partes funcionen. La pandemia fue reveladora en este sentido: roto ese diamante con el cierre de las escuelas, sin espacios de cuidados, sin profesionales que lo ejerzan, la responsabilidad del cuidado recayu00f3 en las familias, y como era de esperarse de forma desigual en las mujeres.
nReparto desigual del cuidado y su impacto en el mercado laboral. Si analizamos el cuidado desde una perspectiva de gu00e9nero, lo que observamos es que en lu00edneas generales esta responsabilidad recae sobre las mujeres.u00a0
nEn el informe preliminar publicado en abril por el Indec, sobre el uso del tiempo en el 2021, vemos que, mientras que el 92% de las mujeres realizan tareas domu00e9sticas o de cuidado no remunerado, en los varones esto se reduce a 74%. Hablamos de mujeres y varones cis gu00e9nero (cuya identidad de gu00e9nero corresponde con el sexo biolu00f3gico asignado al nacer) ya que no se cuenta con estadu00edsticas oficiales sobre la comunidad LGBTIQ+.
nSegu00fan una encuesta realizada por Grow – gu00e9nero y trabajo en 2021, las mujeres destinaban 7,5 horas diarias a las tareas de cuidado, frente a 3,9 que destinaban los varones.u00a0
nComo complemento, vale la pena detenerse y analizar cu00f3mo se va modificando la participaciu00f3n en el mercado laboral de varones y mujeres en relaciu00f3n a si tienen hijos/as y cuu00e1ntos. Segu00fan las estadu00edsticas del INDEC de la EPH del Tercer Trimestre 2021, la tasa de actividad de una mujer sin hijos es del 73%, con dos hijos/as del 72%, con tres hijos es de 61%, y con cuatro hijos ya es del 57%. Aquu00ed estamos limitando las cifras u00fanicamente a la presencia de menores en el hogar, imaginemos el impacto cuando hay personas mayores, o personas con discapacidad, o cualquier otro escenario donde se requiere mu00e1s cuidado.u00a0
nMientras tanto, la tasa de actividad de los varones se mantiene estable sin importar la cantidad de hijos: de los varones en Argentina sin hijos, el 90,6% son econu00f3micamente activos; con un hijo, el 95.6%; con dos hijos, 97%; y con tres hijos, el 98%. De hecho hay una relaciu00f3n positiva entre la cantidad de hijos y su participaciu00f3n econu00f3mica.u00a0
nEs decir que mu00e1s allu00e1 de la mayor participaciu00f3n laboral de las mujeres de unas du00e9cadas a esta parte, al momento de la crianza son ellas quienes abandonan -o al menos interrumpen- su vida profesional. Ahora bien, u00bfquu00e9 podemos hacer para cambiar esta marcada distribuciu00f3n de roles asignados por el gu00e9nero?
nQuu00e9 dice el proyecto que se estu00e1 debatiendo. u00a0Se trata de una iniciativa para la creaciu00f3n del Sistema Integral de Polu00edticas de Cuidados de Argentina. Reconoce el derecho de todas las personas a recibir y brindar cuidados, asu00ed como tambiu00e9n al autocuidado, para lo cual se estipula un conjunto de polu00edticas y servicios y modifica el ru00e9gimen de licencias pu00fablico y privado.u00a0
nEl proyecto no implica ningu00fan incremento de costos para empleadores dado que se prevu00e9 que las nuevas licencias y la extensiu00f3n de las vigentes sean financiadas por la seguridad social, ya que seu00f1ala que el Ministerio de Obras Pu00fablicas debe destinar anualmente al menos el 8,5% de su presupuesto a la ampliaciu00f3n de la infraestructura pu00fablica de cuidados del pau00eds.u00a0
nExtiende las licencias por maternidad a 126 du00edas (mu00ednimo requerido por la OIT), y pasa a denominarse licencia para personas gestantes. Este tu00e9rmino no deja de limitar a aquellas personas que cumplen el rol de cuidadora/or principal pero no han gestado como puede ser el caso de las parejas homosexuales.u00a0
nPor otro lado se extiende la licencia de paternidad y pasa a llamarse licencia para personas no gestantes. Dicha licencia se elevaru00e1 a 15 du00edas al momento de aprobarse, luego de dos au00f1os a 30, despuu00e9s de cuatro a 45 du00edas, despuu00e9s de seis au00f1os a 60, y al cumplirse ocho au00f1os de la ley la licencia seru00e1 de 90 du00edas.u00a0
nA su vez, mejoran las licencias para quienes adoptan, tanto para el proceso legal como para la adaptaciu00f3n familiar, y aumentan los du00edas de licencia para tratamientos de reproducciu00f3n asistida o para nacimientos mu00faltiples o prematuros.u00a0
nUn paso importante es que se establece que el Poder Ejecutivo debe crear un registro nacional de trabajadoras y trabajadores del cuidado remunerado con el fin de facilitar la instrumentaciu00f3n de las polu00edticas y tambiu00e9n un registro de espacios comunitarios de cuidado. Este punto es fundamental en el camino de una mayor formalizaciu00f3n en este rubro tan feminizado y precarizado en el pau00eds.
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