El trabajo como una salida posible de la violencia doméstica
Por Celina De Belaieff y Marisol Andrés
El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Esta fecha representa una oportunidad para reflexionar sobre los distintos tipos y modalidades de violencia que atraviesan las mujeres a lo largo de sus vidas, así como también para desarrollar estrategias que contribuyan a ponerle fin a estas situaciones. En esta ocasión, desde Grow proponemos analizar cómo el trabajo puede ser la puerta de salida a la violencia doméstica.
Los números de la violencia
Según el informe estadístico de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) correspondiente a septiembre de este año, el 78% de las personas denunciantes son mujeres y la mayoría de ellas tienen entre 18 y 59 años (55%). Ahora bien, ¿cuál es su vínculo con el mercado laboral? Entre las personas afectadas mayores de 14 años, el 28% está inactiva, es decir, no tienen ni buscan trabajo y 9% de ellas realizan tareas de cuidado no remuneradas. Entre las activas, el 72% de las afectadas, la tasa de desocupación alcanza el 17%.
Por otra parte, el informe también indica que el 78% de las personas denunciadas son de sexo masculino y que el vínculo más usual con las denunciantes es el de pareja (85% entre las afectadas de 30 a 39 años y 83% entre las de 22 a 29 años). Finalmente, se identifica que la violencia psicológica estuvo presente en el 97% de las evaluaciones de riesgo y que la violencia física fue la más recurrente en vínculos de pareja (63%), así como también la de tipo económica patrimonial (39%).
Estas estadísticas nos permiten comprender que las mujeres afectadas suelen encontrarse además, en una situación laboral y económica desfavorable que dificulta cualquier intento por salir de la violencia doméstica. Ante este escenario, acceder a un trabajo remunerado puede representar una oportunidad para ellas, no sólo en términos económicos sino también sociales.
El impacto positivo del trabajo
En un contexto de violencia doméstica, tener un trabajo remunerado implica nada más y nada menos que la posibilidad de:
- Salir de la casa, una excusa socialmente habilitada para escapar al control, al encierro, a las humillaciones y las agresiones, entre otras violencias,
- Contactarse y relacionarse con otras personas por fuera de la vida familiar para evitar el aislamiento y contar con apoyo externo,
- Fortalecer la autoestima y sentirse valorada,
- Tener un ingreso económico que pueda cubrir las necesidades básicas en caso de cortar la relación con la persona que ejerce violencia,
- Poder tener un respaldo económico en caso de necesitar pedir un préstamo para mudarse, afrontar un nuevo alquiler, gestionar asesoramiento legal, entre otras cuestiones,
- Contar días de licencia para reponerse de la situación de violencia atravesada, sin dejar de percibir el sueldo,
- Acceder a un servicio de salud que brinde tratamientos médicos y psicológicos de manera rápida y permanente.
El rol de las instituciones
Tal como lo indica el Convenio 190 de la OIT, las organizaciones tienen papel fundamental en el acompañamiento de los/as trabajadores/as que atraviesan situaciones de violencia en el ámbito doméstico, dado que los espacios de trabajo son lugares en los que las personas pueden encontrar redes de ayuda y contención.
En este sentido, Grow tiene como misión desde hace más de diez años, generar espacios de trabajo más inclusivos y diversos. Con este objetivo, un equipo interdisciplinario acompaña a las organizaciones en distintas temáticas de la agenda de género y diversidad, entre ellas, en el abordaje de la violencia, a partir de las siguientes acciones:
- desarrollo de talleres sobre violencia doméstica y otras violencias de género;
- elaboración de protocolos para el abordaje de la violencia doméstica;
- soporte técnico a los/las integrantes de los equipos que en las organizaciones trabajan estas temáticas;
- atención de consultas;
- realización de entrevistas de contención;
- asesoramiento ante urgencias y tratamiento individual y/ grupal de la temática;
- Acompañamiento en la estrategia comunicacional de abordaje de la violencia doméstica.
Este 25 de noviembre, como cada día del año, promovemos el acceso al trabajo de mujeres y otras identidades de género para lograr su autonomía económica y lazos sociales que les permitan elegir libremente la vida que deseen vivir.