Día a día crecen las interacciones en el plano digital. Actualmente, se generó un estado de conexión casi permanente, donde se comenzaron a crear nuevas formas de vincularnos y, con ellas, nuevas formas de ejercer violencia. Desde Grow- género y trabajo, a partir del acompañamiento a las organizaciones en la prevención y en el abordaje de la violencia, comenzamos a notar un aumento muy significativo de las situaciones que se producen a través de medios digitales.
Violencia digital ¿qué es?
Es aquella que se ejerce a través de las TICs (Tecnologías de la información y comunicación), como whatsapp, mail, zoom, redes sociales, videojuegos, entre otras. Hay muchas formas de vincularse de manera remota, con infinidad de aplicaciones nuevas y con el avance de IA (Inteligencia Artificial), que habilita nuevos miedos e inseguridades, como también nuevas formas de ejercer violencia.
Muchas veces se piensa lo offline como el mundo real, mientras que se duda de la existencia y gravedad de aquello que sucede por medio de las TICs. Cuando en realidad, la línea divisoria entre lo online y lo offline ya no existe, mezclados ambos espacios.
La violencia digital tiene tres características muy marcadas, que nos permiten comprender lo invasivo de su presencia: inmediatez, expansibilidad y permanencia. Es decir: aquello que se sube o es enviado a través de internet puede llegar con un solo click de forma inmediata a muchas personas sin límite geográfico, con el riesgo de que el contenido permanezca en el tiempo, ya que aunque se elimine puede quedar, ya sea porque alguien lo capturó, lo reenvió, descargó, etc. Estas características, generan que el impacto sea aún mayor.
Una palabra clave
Si pensamos en una palabra clave para entender la violencia digital, es el consentimiento. O mejor dicho, la falta de él. Consentir tiene que ver con generar acuerdos explícitos, de forma libre, entusiasta y concreta, con la posibilidad de negarse o revertir el acuerdo. Ante situaciones como las mencionadas, a veces, dicho acuerdo no se genera, y en otras se rompe, coartando la libertad de la persona de poder decidir sobre su propio cuerpo o su vida en general. En suma, se genera una exposición, muchas veces, descontrolada.
La importancia de prevenir
Ante la gravedad de los hechos, el crecimiento y los efectos que genera, es fundamental contar con un marco legal que proteja y resguarde a la persona. Dicho marco, es la Ley Olimpia, la cual está próxima a cumplir un año, ya que fué sancionada en octubre del 2023. La misma, incluye a la violencia digital como una modalidad de la violencia de género dentro de la ley 26.485 de protección integral a las mujeres.
Pero además de un marco legal, es imprescindible apuntar a la prevención. Ante el crecimiento abrupto de la violencia a través de medios digitales en espacios laborales, desde Grow- género y trabajo, sostenemos que para lograr una transformación y generar espacios libres de violencia, es necesario visibilizar lo que sucede. Es por eso desarrollamos talleres de formación y sensibilización que abordan específicamente la relevancia que cobró la violencia que se ejerce a través de medios digitales, para visibilizar y fomentar el respeto en los vínculos y concientizar sobre los impactos que tiene en las personas, los grupos de trabajo y las organizaciones en general.