VOX, contra las mujeres
En España, el partido político VOX crece en perspectiva de votos. Su programa de gobierno pretende dar por tierra con los avances en materia de Derechos Sexuales y Reproductivos y con el reconocimiento de la violencia de género como una problemática cultural, mientras que defiende un supuesto orden natural de las cosas.
Por Marisol Andrés
Un poco de historia
VOX, es un partido político español ubicado a la derecha del espectro político. Surgió en el año 2013 entre algunos de los críticos socialconservadores del presidente Mariano Rajoy (2011-2018) en el seno del Partido Popular (PP). En su manifiesto fundacional apuesta a la defensa de la unidad española, la recuperación del protagonismo internacional, y a la protección de “los valores, la familia y la vida”(1). Sus simpatizantes consideran primordial preservar el orden político y moral de la comunidad.
Desde su formación, el espacio se presentó a elecciones generales en 2015 y 2016, en las que no obtuvo representación. Sin embargo, en los comicios municipales de 2015 consiguió 22 concejales y 2 alcaldías, y en las elecciones autonómicas de 2018, logró 12 escaños (bancas) por el Parlamento de Andalucía.
Con el tiempo, el partido fue ganando adeptos y votos. En mayo de este año tendrán la posibilidad de aumentar sus bancas: se realizarán las elecciones municipales que coincidirán con las elecciones al Parlamento Europeo. Además, 13 comunidades autonómicas elegirán a sus representantes.
De acuerdo a sondeos para las elecciones generales –que serán en 2020–, VOX obtendría un 12,9% de votos, lo que equivale a decir que ocuparía en el Congreso, entre 43 y 45 escaños (2). Si las encuestas están en lo cierto, el espacio empezaría a consagrarse como fuerza política a nivel nacional.
Ideología y programa de gobierno
Al calor de las propuestas y medidas que similares espacios políticos fomentan en todo el mundo (el caso más cercano puede ser el de Jair Bolsonaro en Brasil), los representantes de VOX desarrollaron un Programa Electoral al que llamaron “100 medidas para la España viva”, que va desde la búsqueda de deportación de inmigrantes ilegales, hasta la reducción drástica del gasto público.
También establecen una serie de medidas a implementar para terminar con lo que llaman “ideología de género” y “hembrismo”, que eliminarían derechos consagrados, dejando a las mujeres y a la comunidad LGBTI en condiciones de mayor vulnerabilidad.
Entre los ejes de su programa, se encuentran:
- “Supresión de las cuotas (por sexo o por cualquier otra causa) en las listas electorales. Cada partido las elaborará de acuerdo a las decisiones de sus militantes”.
Este lineamiento de gobierno afecta el derecho al trabajo de las mujeres, porque como la historia ha probado, sin cuotas o leyes de paridad, el porcentaje de mujeres que alcanzan cargos políticos es ínfimo.
- “Instaurar el PIN Parental y Autorización Expresa con objeto que se necesite consentimiento expreso de los padres para cualquier actividad con contenidos de valores éticos, sociales, cívicos morales o sexuales”.
Así, se considera a los hijos propiedad de los padres y no sujetos plenos de derecho. Tampoco prevalece su interés superior, como garantiza la Convención sobre los Derechos del Niño.
- “Derogación ley de violencia de género y de toda norma que discrimine a un sexo de otro. En su lugar, promulgar una ley de violencia intrafamiliar que proteja por igual a ancianos, hombres, mujeres y niños”.
Este punto no hace más que invisibilizar la violencia de género y la raíz del problema: la asimetría de poder entre mujeres y hombres. Todas las violencias no tienen el mismo origen ni les corresponden las mismas medidas para erradicarlas.
- “Suprimir en la sanidad pública las intervenciones quirúrgicas ajenas a la salud (cambio de género, aborto)”.
- “Defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Es fundamental que las mujeres con embarazo inesperado tengan información veraz, asistencia y alternativas”.
Al no considerar el cambio de género y el aborto como intervenciones propia de la salud, la reducen a su dimensión física, y no tienen en cuenta el daño psíquico que implica tener que continuar un embarazo no deseado y vivir bajo una identidad de género que no es la autopercibida.
Resistencias
Organizaciones feministas publicaron un Manifiesto sobre la derogación de medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género impulsada por VOX en el que afirman: “Desde que el mundo es mundo las mujeres, únicamente por el mero hecho de serlo, hemos sido discriminadas, ninguneadas, criminalizadas y maltratadas por una sociedad tradicional, patriarcal y machista en la que todo gira alrededor del hombre, como sujeto único de derechos”.
Junto a esta breve explicación histórica de lo que las mujeres han padecido, denunciaron que VOX “(…) continúa insultando a las mujeres de hembristas y de feminazis con el mendaz y falso argumento de que la violencia de género no existe, acusando, sin dato ni prueba alguna, como es habitual en el histórico patriarcado, a los poderes públicos de ocultar la violencia de la mujer contra el hombre y la cifras de denuncias falsas”.
Junto a las resistencias en términos discursivos, –e impulsadas por el movimiento feminista andaluz–, el 15 de enero se realizaron manifestaciones en más de 50 ciudades contra este espacio político bajo el lema “Nuestros derechos no se negocian. Ni un paso atrás en igualdad”. Estas concentraciones fueron consideradas el inicio de “movilizaciones constantes, permanentes e insistentes” anunciadas por las organizaciones feministas (3).
El diario El País, publicó un breve video en el que explica la necesidad de la ley de violencia de género, que dejamos a continuación:
Notas al pie
(1) Qué es VOX.
(2) Público.es: “Vox entraría en el Congreso con 45 escaños y posibilitaría un Gobierno de derecha”.
(3) El Confidencial: “El mapa de las manifestaciones feministas contra Vox de este 15 de enero”.